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Después

Interiorismo: vivienda.
Tarragona

Con esta familia y este proyecto ya habíamos trabajado en varias ocasiones.
Dormitorio principal, dormitorios infantiles y juveniles, también el distribuidor. El salón era la asignatura pendiente y finalmente llegó el día, estaban claras las necesidades.
Para empezar, los sofás tendrían que ser de gran tamaño, son cinco los que componen la familia y les encanta disfrutar del sofá. La mesa del comedor también tenía que ser extensible, muebles para almacenar y una buena librería, esta última no podía ser pesada, sin embargo si era necesaria una gran capacidad de almacenaje.
El pladur fue el material y concepto de librería que encajaba. Es ligero, se mimetiza con la pared y permitió formar una zona de trabajo que hasta hoy no se había contemplado, pero dadas las circunstancias es imprescindible.
La paleta de acabados tendría colores claros en los textiles, madera en color nogal un poco rojizo, algunas pinceladas de metal negro y el ligero toque del cristal.
Este es el resultado de ese ansiado salón comedor, cálido, apacible, confortable, práctico y sobre todo muy apetecible.